Cliente: Ayuntamiento de Durango

Año: 2018

Participan:
Oficina Técnica y Área de Igualdad del Ayuntamiento, Mujeres de diversos colectivos y asociaciones de Durango (Andereak, Izar Gaztea, Bilgune Feminista, Zabalduko Ditugu)

Problemática y reto

Cliente: Ayuntamiento de Durango

Año: 2018

Participan:
Oficina Técnica y Área de Igualdad del Ayuntamiento, Mujeres de diversos colectivos y asociaciones de Durango (Andereak, Izar Gaztea, Bilgune Feminista, Zabalduko Ditugu)

Los espacios que habitamos son un claro reflejo de la forma en que nuestra sociedad entiende las relaciones sociales, las formas de trabajo o la economía. En este sentido, el diseño de la vivienda ha sufrido grandes cambios a lo largo de la historia y se ha ido adaptando a las distintas realidades sociales de cada tiempo. Dichos cambios reflejan la hegemonía de ciertos modelos de convivencia, la relación entre la vida cotidiana y el trabajo, o una mayor o menor centralidad de los cuidados.

En las viviendas diseñadas a la sombra del movimiento moderno, la casa se concibe principalmente como lugar de descanso posterior al trabajo remunerado y como espacio de convivencia de la familia nuclear. Aunque ha pasado tiempo desde entonces, las tipologías de vivienda actuales, en muchos casos, siguen reproduciendo diseños y jerarquías que no tienen en cuenta las necesidades del trabajo reproductivo ni la diversidad de las unidades convivenciales contemporáneas.

Por lo tanto, el principal reto de este proyecto ha sido incorporar las necesidades espaciales del cuidado y las relaciones comunitarias al diseño de las nuevas viviendas de Durango.

Cómo lo abordamos

El proyecto se fundamenta en 2 principales premisas: la importancia de poner en valor e incorporar la diversidad de conocimiento que distintos agentes tienen sobre la ciudad; y la necesidad de estructurar un proceso de trabajo coordinado que integre a dichos agentes a lo largo de todo el proceso.

Por lo tanto, los agentes principales han sido:

  • El equipo municipal, compuesto por las y los técnicos de la Oficina Técnica del Ayuntamiento, que conocen y manejan las herramientas de planificación y ejecución urbanística y las herramientas de gestión administrativa.
  • El grupo motor de mujeres, compuesto por mujeres del municipio que participan en distintas asociaciones y colectivos, que tienen un profundo conocimiento sobre la vida cotidiana, las necesidades de los cuidados y la vida comunitaria en el municipio.
  • Tipi como agente experto en la incorporación de criterios urbanísticos y espaciales desde la perspectiva de género.

Con el fin de reconocer los distintos saberes y de crear un marco de trabajo que los sitúe en una posición de igual a igual, hemos estructurado un proceso de trabajo en el que las sesiones de trabajo con el Equipo Municipal se han intercalado con las sesiones del Grupo Motor de mujeres. De esta manera, los resultados del trabajo realizado en uno de los espacios ha sido trasladado al otro para seguir desarrollándolo, y viceversa. Como si de un partido de tenis se tratara, los contenidos han ido pasando por las manos de las personas técnicas y de las mujeres participantes para que los valoraran, priorizaran y completaran; mientras que desde Tipi hemos hecho una labor de mediación, búsqueda de referencias y redacción de contenidos.

Una vez redactado un primer borrador de la Ordenanza de Vivienda de Durango desde la perspectiva de género, hemos querido integrar la visión de las promotoras y detectar sus posibles reticencias, ya que son un agente clave en la producción de las viviendas. Para ello, hemos contrastado el primer borrador del articulado y hemos elaborado las modificaciones pertinentes. Posteriormente, se presentó la Ordenanza en la Comisión de Urbanismo y se incorporaron también una serie de mejoras.

De esta manera, hemos llevado a cabo un proceso en el que se han integrado miradas y experiencias muy diversas sobre la vivienda, y que han sido imprescindibles para conseguir una Ordenanza que sea aplicable pero que incorpore medidas muy significativas para facilitar los cuidados en las viviendas, para crear entornos seguros y para fomentar las relaciones vecinales.

Resultados

El principal resultado de este proceso ha sido la «Ordenanza para la incorporación de la perspectiva de género en la construcción de viviendas y oficinas». Dicha ley entró en vigor en mayo de 2019 y recoge una serie de medidas de obligado cumplimiento para toda nueva vivienda construida en el municipio de Durango. A continuación resumimos las principales medidas incorporadas, que se refieren tanto a los espacios comunes de los bloques de viviendas, como al interior de las casas.

Respecto a los espacios comunes:

 

  • Sala comunitaria: los bloques de 20 o más viviendas dispondrán de una sala de uso comunitario con una superficie mínima de 25 m2.
  • Sala para guardar elementos de apoyo a la movilidad: en planta baja habrá una sala donde guardar coches infantiles, carritos de la compra, sillas de ruedas u otros elementos similares, con una superficie de 0,35 m2 por vivienda.
  • Trasteros: todas las viviendas dispondrán de un trastero con una superficie mínima de 4 m2.
  • Seguridad en los accesos: el portal se ubicará en la fachada que dé a la calle principal, sin elementos que obstaculicen la visibilidad, con un retranqueo máximo de 0,6m; será transparente como mínimo en el 75% y estará adecuadamente iluminado con un sistema de encendido automático.

Respecto al interior de las viviendas:

  • Balcón: las viviendas tendrán un balcón o terraza de al menos 3,6 m2 en la que se pueda circunscribir un rectángulo de 2×1,20 m.
  • Armarios fuera del dormitorio: se prevé un espacio de almacenamiento mínimo de 0,5×0,6×2,10 m en la entrada o zonas de paso de la vivienda.
  • Lavado de ropa: todas las viviendas dispondrán de una zona destinada al ciclo de lavado de ropa (acumulación de ropa sucia, lavado, secado, planchado) y situada en el lugar más cercano al tendedero.
  • Cocina: se establece un volumen mínimo de almacenamiento y una superficie mínima de encimera. Se promueve la unión espacial con la sala de estar, estableciendo siempre una separación visual entre ambos espacios, para poder separar los tiempos de trabajo y de descanso.
  • Baños: en caso de existir más de un cuarto de aseo, el acceso a uno de ellos se realizará desde zonas de paso o estar. Se promoverá la separación de usos entre inodoro y ducha, de manera que permita el uso simultáneo. Además, se prevé un espacio de almacenamiento mínimo de 0.3×0.3×0.7 m.
  • Flexibilidad constructiva: los espacios húmedos (cocina, punto de limpieza de la ropa y cuartos de aseo) compartirán, en la medida de lo posible, patinillo de instalaciones verticales húmedas y las instalaciones se distribuirán por techo y suelo, de manera que el resto de estancias puedan modificarse de forma más sencilla y económica.

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