
Una fiesta sorpresa, una playa en la autopista, un cofre que aparece
Hace ya un año empezamos a trabajar en la transformación de los patios de dos de las escuelas públicas de primaria de Amurrio: Zabaleko y Lucas Rey. Se nos planteó entonces el reto de trabajar en paralelo con dos centros de dimensiones muy distintas, tanto en espacio como en el número de personas que los habitan.
En los procesos de transformación de patios escolares en los que trabajamos impulsamos procesos participativos, críticos, y en los que la experimentación es una de las patas que sostiene estos proyectos. En este sentido las prácticas artísticas son a menudo una referencia y una herramienta en nuestro trabajo, tanto en la conceptualización de cada propuesta como durante la mediación en estos procesos.
El caso de los dos centros de Amurrio nos hacía plantearnos muchas preguntas. Por un lado:
«¿Cómo hacer que toda la escuela participe por igual tratándose de un centro grande? Y por otro, ¿Cómo activar un proceso de transformación que parta del trabajo con dinámicas integradoras enfocadas en el juego en un centro pequeño y culturalmente diverso?»
Una mañana de octubre de 2019 apareció en medio del patio de la escuela Zabaleko una bicicleta extraña con unos altavoces, un dj poniendo música y una persona que bajaba las escaleras de las gradas haciendo el pino. ERA UNA FIESTA. El baile se apoderó de todas las personas que estábamos en el patio y el recreo se convirtió en una fiesta itinerante que atravesaba las porterías y ocupaba el centro de las canchas. Después, todas nos preguntamos ¿Qué ha ocurrido hoy? ¿Qué solemos hacer en el patio? ¿Ha sido raro? ¿Qué es lo normal?
Días después se celebró en la escuela una reunión secreta para formar un colectivo de artivistas compuesto por las niñas y niños de 5º y 6º de primaria: 19KRAK. El grupo se forma inspirado por la imagen de la acción ’Above the tarmac the beach’ -reclaiming the M41 for play- que llevó al movimiento anticarreteras británico en la década de los 90 en Londres. Nos preguntamos entonces, ¿Sería posible una playa en la carretera?
Esta acción consistió en tomar la M41 entre bailes, música techno, proclamas y otras acciones performativas para la ocupación de la vía creando un lugar en el que confluyen las prácticas creativas, el arte y el activismo. Julia Ramírez Blanco nos habla de esta y otras muchas acciones protesta de movimientos como Reclaim The Streets en las que, como dice en “Utopías Artísticas del mundo contemporáneo, 1989-2012”, “lo utópico puede suponer un prisma a través del cual podemos entender mejor las fuerzas que agitan nuestro mundo”.
Es en este sentido, recordamos lo ocurrido aquel día en el que una fiesta irrumpió en el patio y lo sacudió todo. Aquel día, a través de una acción sencilla y festiva saltaron por los aires las dinámicas normalizadas -y normalizadoras- en las que unos cuerpos prevalecen sobre otros, para hacer posible un espacio de baile libre para todas y todos. De la misma manera que la “fiesta protesta” y el “espectáculo ético” del que habla Ramírez Blanco, esta celebración funcionó al mismo tiempo como lugar de conflicto y de convivencia. Y entonces -nos seguíamos preguntando-: ¿Sería posible generar acciones que dinamiten las lógicas hegemónicas y abran espacios de posibilidad al mismo tiempo? ¿Podríamos llevarlas a cabo nosotras mismas?
Siguiendo los pasos de Reclaim the Streets, 19KRAK se organizó para pensar maneras de alterar la normalidad del patio. El colectivo planeó y diseñó acciones para la desarticulación puntual de las inercias que se dan en este espacio -que refuerzan los roles de género y la discriminación sobre los cuerpos que habitan la periferia-. A través de sus acciones invitaban al resto de la escuela a participar y reflexionar juntas en torno a la convivencia en los espacios comunes desde una perspectiva cercana a las prácticas utópicas.
Así, 19KRAK pensaba en cómo hacer su propia playa en la carretera, en tomar el espacio y hacer posible durante un tiempo algo que antes parecía impensable; en propiciar lugares donde el mundo soñado tomaba cuerpo y configuraba una nueva posibilidad para el espacio común a través de “acciones que tratan de prefigurar un sistema distinto” .
De este modo el colectivo ha llevado a cabo en la escuela un proceso en el que imaginar juntas una nueva forma de organizar el patio, en el que crear una nueva imagen que ha hecho posible que otras cosas sucedan; un proceso en el que investigar una nueva manera de articular y pensar el juego, autogestionada, para y de todas las niñas y niños de la escuela.
Otro día, otra mañana ya en Marzo de 2020 en Lukas Rey, aparece una caja, una especie de cofre. En realidad aparecen muchos, tantos como grupos hay en la escuela. En este caso, las niñas y niños podían intuir por dónde iba la cosa, dado que durante el curso no era la primera vez que recibían correo postal.
En cada uno de los cofres encontraron un mapa, un listado de objetos y una instrucción.
“Desbordar la periferia o explorar y activar los lugares hasta ahora prohibidos” eran algunas de las consignas que se lanzaban en los pergaminos que guardaban los cofres. Estas propuestas se acompañaban con el plano de una zona que señalaba el lugar de actuación junto con unos materiales dibujados que habría que encontrar en los almacenes y los vestuarios de la escuela. Cuerdas, neumáticos, cartones, bancos y tiza serían algunas de las herramientas con las que construir y llevar a cabo estas intervenciones en el espacio del patio, unas intervenciones que darían un nuevo significado a los distintos lugares que conforman el plano de la escuela.
Entonces, nuevas líneas que dibujan un universo inventado para jugar aparecen en el suelo, laberintos de cuerda, un tobogán gigante y una cabaña para vivir y tumbarnos donde antes no podíamos estar, son algunas de las ideas y artefactos que formarán parte del nuevo dibujo de nuestro patio; un dibujo que desvela un nuevo mapa conformado por nuevos territorios imaginados desde el experimento y el hacer colectivo.
Articular parte de la propuesta para Lucas Rey a través del correo postal ha sido una de las respuestas que hemos encontrado a la pregunta que proponíamos al principio.
Si bien en otras ocasiones ya integramos modos de hacer relacionados con propuestas que hicieron los situacionistas como las derivas u otras propuestas de acción cercanas a las maneras de Fluxus o dadá, no habíamos trabajado hasta la fecha con la mensajería -en distintos formatos- como herramienta.
Como decíamos, el proceso en esta escuela planteaba principalmente el reto de diseñar un proceso de participación en el que todos los grupos tuviesen el mismo grado de implicación. Por lo tanto, y ante la imposibilidad de estar presentes y mediar en todas las aulas, nos pusimos a indagar y a buscar cómo responden a esta cuestión otras compañeras, agentes e instituciones. ¿Qué están haciendo otras? ¿Cómo trabajar desde la distancia? ¿Cómo facilitar un proceso autónomo para los grupos? ¿Cómo hacer de ello algo emocionante?
En esta búsqueda nos topamos con POSTDATA, un proyecto de arte en escuelas impulsado por MACBA. POSTDATA lo conforman «un conjunto de cinco propuestas de artista autónomas, que los centros recibirán por correo postal de forma escalonada». POSTDATA se inspira en las prácticas artísticas relacionadas con el movimiento del mail art, que experimentaron con la correspondencia postal en los sesenta. Aunque en este caso «la intención es introducir el arte contemporáneo en la escuela sin domesticarlo, y de generar extrañeza, asombro, sorpresa y complicidad», ha resultado ser una propuesta muy inspiradora para nosotras independientemente de los objetivos pedagógicos de cada proyecto.
La idea de experimentar con formatos de arte postal ha resultado ser una forma muy interesante de trabajar en escuelas grandes desde las lógicas del arte. De esta manera, ha sido posible abrir la participación a todas las niñas y niños del centro para que sus reflexiones y propuestas respecto al espacio tengan un espacio central en la rearticulación del mismo.
Así, una vez más, las prácticas artísticas son nuestras aliadas a la hora de buscar estrategias y formas de hacer que nos ayuden a mirar desde otros lugares, a interrogar lo normalizado y a imaginar juntas lo que pensábamos que jamás podría ocurrir.