
Inventario del rellano. Un inventario de lo invisible: pequeñas incursiones hacia nuevas institucionalidades
«El programa de mediación, el inventario y el rellano del edificio de Azkuna Zentroa como pretexto para rascar la pared y abrir pequeñas grietas desde las que espiar nuevas posibilidades»
Durante los últimos meses son muchas las conversaciones que han surgido en Tipi en torno a la mediación cultural y la educación en museos. Han sido muchas, también, las voces de autoras, pensadoras, investigadoras, artistas, mediadoras y educadoras que han resonado en nuestros debates durante este tiempo: Las de Ana Longoni en Situar el museo y Pablo Martínez en No sabíamos lo que hacíamos han sido algunas de ellas. Nos hablan de activar espacios desde los que agujerear y cavar túneles (Longoni, A. (2019): GIRA, MNARS) o sobre pensar el museo desde la vulnerabilidad, “abierto a la posibilidad de verse afectado” (Martínez, P. (2017): No sabíamos lo que hacíamos, CA2M). Por otro lado, Carmen Mörsch nos ha hecho preguntarnos:
«¿Cómo se lleva a cabo la mediación cultural? ¿Cuál es el papel de los públicos o los usuarios de los museos o instituciones culturales? ¿Qué discursos reproducen las instituciones mediante sus prácticas educativas? Y por lo tanto, ¿Cuál es el posicionamiento político que subyace en su hacer?»
Todas ellas, coinciden de un modo u otro en el debate en torno a la relación de las instituciones con los públicos, en las relaciones que se establecen entre el adentro y el afuera de los museos.
El esquema tradicional bajo el que operan los espacios de creación cultural está muchas veces basado en el consumo de cultura y arte. El uso de ciertos “mecanismos centrífugos” en el museo —como las visitas guiadas o los talleres educativos— no corrigen la situación, dado que se utilizan para diseminar conocimiento ya existente, en lugar de para generar conocimientos nuevos.” (Camnitzer, L. (2019): GIRA, MNARS).
Bajo estas lógicas, el éxito de un museo a menudo se mide por la cantidad de visitantes que entran, y no por el nuevo conocimiento generado por los que salen. Muchas de las personas que acuden al museo o espacio cultural tienen en cambio otras necesidades y aspiraciones más complejas que no son atendidas completamente. “Ese público no es un mero recipiente de la información ofrecida por la institución, sino que, en la visita periódica e idealmente frecuente, es parte intrínseca de un equipo cultural.” (Camnitzer, L. (2019):GIRA, MNARS).
Pero las personas visitantes pueden también ser aliadas, y de cara a avanzar hacia otras lógicas de relación -más horizontales y recíprocas- , es interesante contar con ellas para definir el contenido, los formatos o las reglas de los proyectos que se llevan a cabo. Tal y como dice Carmen Mörsch “los usuarios no necesariamente deberían ser vistos como clientes o consumidores: podrían ser socios de debate, cómplices, colaboradores y participantes activos en la configuración de la institución.”
«La educación en los museos y espacios de creación cultural puede ser un contexto en el que las personas y comunidades que visitan y habitan la institución desarrollen contenidos propios y autónomos, a través de los que explorar e interrogar las maneras tradicionales de creación de cultura y conocimiento»
Desde el deseo de abordar estos planteamientos pusimos en marcha “Inventario del rellano. Un inventario de lo invisible”: un programa de mediación ideado por Tipi bajo la invitación de Azkuna Zentroa con el objetivo de experimentar con nuevas maneras de mediar dentro del programa educativo del centro.
Con “Inventario del rellano. Un inventario de lo invisible” hemos querido habitar, los espacios permeables que se abren en los centros y espacios para la cultura; lugares blandos que dan cabida a maneras de hacer que pulsan los límites de los marcos institucionales o académicos.
Como lo hacen nuestras compañeras Sara Álvarez en Archivo Lacianiego o Adolfo Estalella junto a Tomás Sanchez Criado en Xcol: Inventario etnográfico de inventiva; en los que lo popular desborda las estructuras tradicionales que acotan los saberes y el conocimiento para dar cabida a cuidar, conocer y reconocer la inventiva popular, la identidad y los relatos y saberes cotidianos.
“Inventario del rellano” ha sido una exploración participativa para activar otras formas de escucha y de aproximación al contexto a través de la creación colectiva de un inventario multisensorial del rellano del edificio de la Alhóndiga; una invitación a construir otros relatos a partir de inventariar lo aparentemente insignificante, lo inadvertido, lo que no se ve. En “Inventario del rellano. Un inventario de lo invisible” hemos querido trabajar estas cuestiones a partir de un programa que ha invitado a diversas voces y cuerpos a explorar y crear juntos en un ejercicio de creación, de colaboración y de autoría múltiple en el que poner en el centro las cosas pequeñas, el contexto próximo y lo cotidiano: aquello en lo que todas somos expertas.
Así, hemos explorado el mundo que nos rodea, hemos analizado el entorno urbano a través del caminar, a través del paseo, del registro y la recolección. Nos hemos sumergido en la complejidad del paisaje a través de desplazar la vista en un mundo dominado por lo visual (Sanchez, T. (2021): Ensamblajes peatonales: Los andares a ciegas como prácticas tecno-sensoriales, AIBR) para acercarnos al contexto próximo desde otros sentidos en busca de lo invisible, lo periférico, lo no-hegemónico. Hemos salido en busca de esos relatos que subyacen a la sombra de los grandes edificios. Hemos puesto en marcha una propuesta que nos interroga:
«¿Cuáles son los relatos que subyacen en el contexto próximo? ¿Qué ocurre cuando los públicos se tornan hacedores? ¿Cómo cuidar de procesos que impliquen de otra forma a la ciudadanía? ¿Es posible ceder espacio? ¿Es posible un desplazamiento en los roles? ¿Hasta dónde abrir el código de la institución?»
Ha sido un camino emocionante.